Pimientos horneados congelados para el invierno para ensalada o sopa.
Cuando llega la temporada de pimientos, empiezas a agarrarte la cabeza: “¡¿Qué hacer con esto?!” La forma más sencilla de preparar son los pimientos horneados congelados.
Las frutas frescas y recién cortadas son las más adecuadas para esta preparación. Son jugosas y más tarde, después de hornearlas, la piel de dichas vainas se puede quitar fácilmente. En mi receta comparto mi experiencia sobre cómo hornear y congelar correctamente los pimientos horneados para el invierno. Una receta detallada y fotografías paso a paso le ayudarán a dominar rápida y fácilmente la preparación del producto.
Cómo congelar pimientos asados
Primero vamos a lavar los pimientos. No es necesario recortar el tallo y quitarle las semillas.
Engrase el fondo de la bandeja para hornear con una fina capa de aceite vegetal y coloque encima las bellezas verdes.
Coloca el molde en el horno precalentado durante unos 30 a 40 minutos. Debes hornear a una temperatura de 220 grados. Mientras se cocinan, la piel de las vainas comenzará a emitir un crujido mientras se fríen. Algunos pimientos pueden incluso reventar. Aproximadamente 25 minutos después de comenzar a hornear, es necesario voltear los pimientos hacia el otro lado.
Una vez horneados los pimientos, sácalos y transfiérelos inmediatamente a la sartén.
Ciérrelo con una tapa durante al menos 15 minutos. Esto hay que hacerlo para que la piel de las vainas horneadas se pueda quitar perfectamente.
El siguiente paso es pelar las verduras, quitarles el tallo y las semillas.
Para ello, toma la vaina por el tallo y retira la “piel” con movimientos de arriba a abajo. A continuación, conviene abrir el pimiento a lo largo y sacarle el tallo y todas las semillas. Los pimientos, al hornearse, dan mucho jugo, por eso es mejor cortar los pimientos horneados sobre un recipiente en el que se ponen los pimientos, limpios de todo exceso. El jugo extraído es muy sabroso y no se debe tirar.
Cortamos los pimientos pelados en tiras o dados, pero puedes dejar los pimientos enteros.
La elección depende de cómo planeas utilizarlos en el futuro. Para sopas y ensaladas conviene cortar transversalmente en tiras de 1,5-2 centímetros de ancho.
Metemos nuestros cortes en bolsas de embalaje, las llenamos con el jugo que se desprende durante la cocción y las metemos en el congelador.
La foto muestra cómo se ven los pimientos horneados congelados.
Esta sencilla preparación de pimientos dulces te ayudará a diversificar significativamente tu menú de invierno. Los pimientos morrones preparados según esta receta son muy convenientes para añadir a sopas, guisos o ensaladas en invierno. ¡Prueba a hacer esta preparación y no te arrepentirás!