Fresas congeladas para el invierno.
Para que la congelación de las bayas sea exitosa y que las fresas congeladas no se conviertan en grandes trozos de hielo, se debe seguir estrictamente el proceso tecnológico.
Todas las etapas son importantes: la elección correcta de las bayas, limpiar las fresas de todo exceso y colocar sabiamente las bolsas en el congelador. Nunca debes comprar fresas recogidas después de la lluvia. Será aguado, con mucha arena en la superficie. Esta arena es muy difícil de lavar. El sabor de estas bayas se deteriorará aún más después de la congelación. Simplemente no será nada o será un poco amargo.
Al final del verano, se pueden comprar fresas grandes para congelarlas solo después de la muestra. Si es dulce, puedes comprarlo. Si no tiene el sabor como tal, es mejor hacer mermelada con él. Las fresas de tamaño mediano recolectadas en clima seco son excelentes para congelar. Describiré en detalle el proceso correcto para congelar fresas en mi receta con fotografías paso a paso que ilustrarán claramente la preparación.
Cómo congelar fresas para el invierno.
Llenamos un balde con agua fría. Agrega uno o dos kilos de frutos rojos. Pongámonos de pie. Toda la arena y el polvo serán arrastrados y asentados.
Retire las bayas del agua. Arrancamos la cola de cada baya.
Inspeccionamos cada fresa en busca de puntos de deterioro. Las copias malas deben desecharse. Se debe cambiar el agua después de cada tanda de fresas.
Colocamos bayas limpias sobre tela de algodón.
Deben secarse bien, luego en la bolsa del congelador no se pegarán a las bayas vecinas.
Coloque 200-300 gramos de fresas en una bolsa. Puedes usar bolsas especiales para congelador, pero las bolsas normales para alimentos también funcionarán.
Colocamos las bolsas de fresas para que no queden una encima de la otra. Sólo después de que las bayas se hayan endurecido agitamos la bolsa para evitar la formación de “conglomerados” de hielo de fresa. Ahora que ya tenemos las fresas congeladas, podemos apilar las bolsas una encima de otra.
En invierno, puedes utilizar estas fresas para preparar cualquier plato. Eso sí, después de descongelar pierde un poco su forma y el sabor se vuelve un poco amargo, pero, sin embargo, es ideal para decorar una tarta u otros postres dulces.