Mitades de tomates marinados con mostaza
Esta receta inusual pero sencilla para preparar tomates para el invierno atraerá no solo a los amantes de los tomates encurtidos, sino también a aquellos a quienes no les gustan mucho. El sabor de la preparación es simplemente "bomba", es imposible separarse.
Hora de marcar: Verano, Otoño
En mi familia, todos disfrutaban de los tomates marinados partidos por la mitad. Te cuento cómo hacerlos en esta receta con fotos.
Cómo marinar tomates partidos por la mitad con mostaza y ajo.
Para esta preparación necesitas tomates medianos o más pequeños. Después de lavar todo, hay que cortar cada tomate por la mitad. Debes cortarlo con cuidado para que no se escape el jugo. Para ello se debe hacer un corte en el tomate donde hay depresiones.
Si golpeas el cuchillo en el lugar correcto, obtendrás un tomate sin semillas en el corte y el jugo no saldrá. Pero puede resultar que todavía queden semillas en la mitad del tomate, pero esto no es gran cosa. Lo que pasa es que no todos los tomates son simétricos. Como puedes ver, esto tampoco siempre me funciona. 😉
En frascos ponemos 2 dientes de ajo, dos cucharadas de semillas de mostaza, 3 trozos de pimienta de Jamaica, perejil. Luego inserte las mitades de tomate con el lado cortado hacia abajo.
Los frascos se llenan de tomates: prepara la marinada. Para 1 litro de agua necesitamos:
- sal - 1 cucharada;
- azúcar - 3 cucharadas;
- vinagre - 25 gramos.
Coloca todos los ingredientes en una cacerola y pon a fuego y espera hasta que la marinada hierva.
Vierta la marinada sobre las preparaciones y déjelas esterilizar durante 15 minutos, enrosque las tapas y envuélvalas hasta que se enfríen. Los tomates marinados están listos por la mitad, ahora simplemente los reservamos para guardarlos.
Para entender cuánta marinada hacer, puedo decir que se utilizaron 1,5 litros de marinada para 5 kg de tomates. Y de 5 kg obtuvimos 5 litros de deliciosos tomates.
Incluso puedes guardar tomates encurtidos por la mitad en un apartamento, pero es mejor en el sótano. Puedes comerlos todos los días en el almuerzo, pero no sería pecado ponerlos en la mesa navideña.