Cómo congelar nabos
Hace unos 100 años, los nabos eran casi el plato principal en la mesa, pero ahora son casi exóticos. Y completamente en vano. Después de todo, los nabos contienen la máxima cantidad de elementos con propiedades anticancerígenas y polisacáridos de fácil digestión, indispensables en la dieta. Congelar nabos durante todo el año es muy fácil, más fácil que los nabos al vapor.
Y hay que decir que esto no es solo una congelación, sino un medio para conservar al máximo las propiedades curativas de los nabos hasta la próxima cosecha. No es ningún secreto que cuando se almacenan en el sótano o simplemente en el refrigerador, las verduras pueden pudrirse, brotar y, con el tiempo, todos los carcinógenos y nitratos de la cáscara se esparcen suavemente por toda la verdura, hasta el centro. Y como resultado, es posible que no obtenga un conjunto de vitaminas, sino una intoxicación grave del cuerpo. La única forma de evitarlo es congelar los nabos.
Para congelar, seleccione nabos de tamaño mediano que no presenten signos de podredumbre o letargo. Lave bien los tubérculos y pélelos.
Corta los nabos en cubos pequeños o en tiras, dependiendo de cómo estés acostumbrado y de lo que cocinarás después.
Hervir agua en una cacerola y verter en ella los dados de nabo preparados.
Solo necesitas blanquear los nabos durante 3-5 minutos, después de lo cual debes enfriarlos muy rápidamente. Para ello es adecuada agua fría con cubitos de hielo.
Utilice una espumadera o un colador para secar un poco los cubos blanqueados sobre una toalla.
Empaqueta los cubos de nabo en una bolsa ziplock, intenta sacar todo el aire y coloca la bolsa en el congelador.
De esta forma, los nabos se pueden almacenar hasta por 10 meses y siempre tendrás vegetales frescos congelados para sopas, guisos o ensaladas.
Este video te dirá cómo cocinar nabos al vapor: