Cómo salar las panzas de salmón: una receta clásica
Al filetear pescado rojo, las panzas del salmón se suelen reservar por separado. Hay muy poca carne y mucha grasa en el vientre, por lo que algunos gourmets prefieren el filete puro en lugar del aceite de pescado. No saben de qué se están privando. Las panzas de salmón saladas son uno de los platos de pescado más deliciosos y saludables.
Las panzas de salmón fresco se venden en las tiendas y son bastante económicas. A veces se utilizan para sopa de pescado o para encurtidos caseros. Las panzas saladas se pueden utilizar para preparar sándwiches de pescado, ensaladas o simplemente como refrigerio.
Al elegir barrigas, preste atención a su tamaño. Cuanto más grande y grueso sea el abdomen, mejor. En los vientres delgados solo habrá una piel y no es comestible en ninguna forma. Lo mismo ocurre con el color del abdomen. El color de la carne del salmón puede variar desde el rosa pálido hasta el rojo brillante. Es mejor elegir vientres de color rosa medio. Un color demasiado brillante y saturado es señal de pescado viejo. La palidez excesiva significa que los abdómenes han sido congelados más de una vez.
En la versión clásica, la panza de salmón se condimenta únicamente con sal, azúcar y pimienta negra. Para los exóticos, puedes utilizar salsa de soja, coñac, jugo de limón y mucho más. Veamos una receta clásica y sencilla para salar la panza de salmón.
Para 1 kg de panceta de salmón necesitas (aproximadamente):
- 4 cucharadas l. sal;
- 2 cucharadas. l. Sáhara;
- 1 cucharadita pimienta negra.
Coloque las panzas en un colador y enjuáguelas con agua fría. Déjalas escurrir o sécalas con una toalla si no quieres esperar.
Mezclar sal, azúcar y pimienta en un plato. Enrolle cada panza en una mezcla de sal, azúcar y pimienta y colóquela en un bol de vidrio. No se deben utilizar recipientes de metal para salar pescados grasos. La grasa se oxida en contacto con los metales y le da al pescado un sabor desagradable.
Si no tiene un recipiente lo suficientemente profundo, un recipiente de plástico para alimentos o una bolsa gruesa con cierre hermético serán suficientes.
Sella las panzas y colócalas en el frigorífico durante 24 horas. Después de un día, la panza del salmón estará suficientemente salada y se podrá comer, habiéndola lavado previamente con sal. La misma salazón es apta para el posterior ahumado de las panzas, lo que convierte este producto económico en un delicioso snack.
Puedes guardar las ventrescas de salmón saladas en un frasco de vidrio, después de condimentarlas con un poco de aceite vegetal y un par de gotas de jugo de limón.
Para ver otra receta para salar la panza de salmón, mire el video: